La madre
La madre
Acrílico y lápices de colores sobre papel 350gr
70cm x 100cm
2024
Serie Los secretos del corazón
"Para tenerte cerca sé que debo convertirme en ella.
Sé que debo honrar sus tiempos, honrar sus necesidades y sus sueños. Para tener paz y poder maternarme sé que el único camino es abrazar todo mi femenino. Con sus ciclos, su intensidad, su soledad, su indecisión, sus sueños vívidos, sus antojos y sus miedos.
Para tener a la madre interna en un lugar radiante debo escuchar sus plegarias. Darle placer, descanso, profundidad y soledad. Necesita adornarse y seducirse, necesita alinearse al ciclo de vida y la muerte.
Necesita verse brillar y dejarse morir. Una y otra vez sin resistirse al compás de la luna."
Fotografía de la obra: Rose Wieshamm
Esta obra forma parte de la serie Los secretos del corazón.
Desde siempre, el anhelo de lo divino ha sido una constante en mi vida, un eco sutil pero profundo que resonaba en mi corazón. Durante años creí que buscar a Dios era apoyarse en las estructuras espirituales: la religión, la rigidez de las doctrinas, las formas impuestas. Sin embargo, con el tiempo, empecé a entender que aquello que buscaba no residía en las formas externas, sino en el amor. Un amor puro, sin connotaciones de miedo, culpa o juicio. Un amor que, desde niña, había sentido como una chispa encendida en mi interior.
La creación de esta exposición es el fruto de una búsqueda personal, íntima y profunda. Me he sumergido en las aguas de mi propio corazón para escuchar, más allá de las palabras, la esencia de lo sagrado. En este viaje, he comprendido que lo divino no es algo distante ni inaccesible; es, por el contrario, un ritmo pulsante, una presencia constante que se manifiesta en lo cotidiano, en lo más íntimo de nuestro ser. Es un diálogo entre el espíritu y el cuerpo, entre la intuición y el entendimiento.
A través de estas obras, ofrezco una exploración de lo sagrado desde la experiencia personal. Cada obra es un reflejo de mi búsqueda, de mi apertura a una conexión que va más allá de lo visible. El espectador es invitado a sumergirse en este espacio, a dejarse guiar por la intuición y el sentimiento, a encontrar en estas formas y colores su propio camino hacia lo trascendental. Porque lo divino no tiene un solo nombre ni una única forma de ser encontrado.
Mi obra no es una respuesta, sino una invitación. Es un espacio de encuentro, de reflexión, donde cada uno puede abrir su corazón y escuchar lo que yace más allá de las palabras, de las estructuras. Los secretos del corazón no están destinados a ser desvelados completamente, sino a ser vividos, sentidos, como un latido que nos conecta con algo mayor, con lo inexpresable, con lo divino.
Con esta exposición, ofrezco mi experiencia, mi búsqueda, y el espacio para que cada uno pueda encontrarse a sí mismo en el espejo de lo sagrado. En cada obra, en cada gesto artístico, yace mi camino, pero también el camino de quienes están dispuestos a ver, a sentir, y a escuchar con el corazón.
Puedes consultar todo el proyecto aquí